MURAL ACHS
Mural Achs, Año 2006
Esta es una obra de técnica mixta en cuyo soporte (tela) convergen armónicamente el óleo, un texto pintado y una cubierta de acrílicos impresa en serigrafía a color; una convocatoria de texturas disímiles que otorgan vitalidad a la imagen, estimulando fuertemente la retina del espectador. A pesar de la diversidad técnica, el trabajo se percibe como un todo orgánico, compuesto por tres bloques de acrílico separados de la tela por aproximadamente 20 cm de espacio aireado. Técnicamente, estos acrílicos están sujetos a la tela con pernos de acero en todos sus costados, lo que, en definitiva
-y aunque no sea prioritario-, suma una materialidad más la composición.
Desde el punto de vista de la construcción de imágenes formales, el proyecto convoca una multiplicidad de elementos, pues si bien su iconografía nace desde el territorio del hacer pictórico, incorpora también un cierto protagonismo de lo gráfico. Si se observa detenidamente, se aprecia que las formas propuestas para su construcción
–corazones, rosas y caligrafía- se apoyan en una proporción prácticamente geométrica: el discurso pictórico se intercala con el gráfico con la misma agilidad y eficiencia con que se alteran los planos en la composición. El sutil efecto que se produce entre las telas y la superposición del acrílico genera la sensación de tridimensionalidad del objeto. Se crea la ilusión de caja o cofre transparente en cuyo fondo se guarda, como preciado tesoro –como una palabra mágica-, un poema de Gabriela Mistral:
Doña primavera
De manos gloriosas
Haz que por la vida
Derramemos rosas.
Rosas de alegría,
Rosas de perdón,
Rosas de cariño,
Y de exaltación.
La obra concebida para la sala cuna de la ACHS, refuerza la idea del encuentro entre los sentimientos y esperanza. Los signos sobre los cuales descansa se han relacionada convencionalmente con dichos afectos, aunque adquieren renovado esplendor en el dispositivo plástico que ahora contiene.